SALMO DE MEISHU SAMA
RITA AI
Morobito no
kokoro no iwato hirakureba
kono yo no yami wa kiyuru naruran.
Yo no heiwa
hito yo no sachi wo hakaru koso
hito to umareshi tsutome narurame.
Yo wo aishi
hito wo tatsukuru mono naraba
izuchi yuku tomo Kami wa mamorasu.
AMOR AL PRÓJIMO
Después de que los hombres
abran la puerta de piedra de sus corazones,
todas las tinieblas del mundo desaparecerán.
Proporcionar
paz a todos, expandir felicidad, he ahí
¡oh, hombre!, la misión que, al nacer, recibiste.
Tiene la protección
y la asistencia divina en cualquier lugar,
quien vive buscando el bien de la humanidad.
Palabras de Meishu sama
LOS SERMONES EL JOHREI Y LA FELICIDAD
Desde la antigüedad, todas las religiones se basan, sin excepción, en los dogmas que se transmiten por medio de los sermones.
Los miembros de nuestra Institución la saben que utilizamos poco este recurso; puede que algunos sientan extrañeza por este hecho, y que cuando sean interrogados por alguna persona no sepan qué responder. Por ello, intentaré explicarlo. La finalidad de la religión es, desde luego, eliminar los errores e incentivar la práctica de las virtudes; eso se consigue cuando las nubes espirituales desaparecen. Entonces, en cuanto el espíritu esté purificado, cesarán los actos condenables, y así la persona se volverá honrada, útil a su medio social y a toda la humanidad.
En este sentido, los sermones son procesos purificadores que actúan a través del sentido de la audición. Los libros sagrados como la Biblia, los textos budistas, las enseñanzas de distintas religiones, etc., lo hacen mediante el sentido de la vista y del espíritu de las palabras.
Nuestra Institución usa también estos medios, pero posee además el proceso purificador que denomina „Johrei‟. El objetivo del Johrei no es la curación de la enfermedad, sino que es un procedimiento para crear la felicidad. Y en realidad, no puede tener como objetivo curar dolencias, porque éstas son formas purificadoras cuya función es eliminar los velos espirituales; el resultado de esa limpieza es la extinción de los sufrimientos humanos.
Siempre enseño que la enfermedad, la miseria y los conflictos son formas de purificación. Entre ellas, la primera es la principal, porque actúa sobre la propia base de la vida. Cuando venzamos la enfermedad, también solucionaremos los otros dos problemas. Entonces, habrá felicidad.
En síntesis, estamos comprobando que la causa de todas las desgracias son las nubes del espíritu. Y el Johrei es el más simple e infalible método de disiparlas. Es lógico, pues, que él no se dirija solamente a la propia dolencia.
Daré una explicación más detallada sobre este asunto. El cuerpo material está ligado al espíritu, pero éste vive sujeto a las condiciones del mundo que le es propio: el Espiritual. Esas condiciones influyen sobre el espíritu y se reflejan en el cuerpo material; así, el destino del hombre depende del Mundo Espiritual.
El Mundo Espiritual se divide en tres clases: Superior, Medio e Inferior. Cada clase se divide en sesenta subclases (agrupadas en tres secciones de veinte). El total es de ciento ochenta gradas, más una. Ésta, que se encuentra por encima de todo, la ocupa Dios. Tenemos, pues, 181 gradas. El Creador se ubica en la primera y cualquier divinidad, por superior que sea, se halla en alguna de las ciento ochenta restantes.
Esto se basa en que cada subclase es un estrado del Mundo Espiritual; éstos, obviamente, se colocan unos sobre otros, yendo desde el Infierno hasta el Cielo.
Supónganse que un espíritu se encuentra en los últimos escalones de la clase Inferior; eso significa que se halla en el fondo del Infierno. Como éste es el peor de los mundos por el gran sufrimiento espiritual, esto se refleja sobre el cuerpo físico como un espantoso padecimiento.
En los veinte peldaños de la parte media de la clase Inferior, el reflejo es menos nocivo, y entonces se consigue suavizar el dolor, que se vuelve más tolerable. Los veinte siguientes mejoran aún más la situación, y así sucesivamente. Las desdichas varían de acuerdo con la posición del espíritu en esas gradas del Mundo Espiritual. Sobrepasando las sesenta de la clase Inferior, se llega a la clase Media, el mundo intermedio, cuyas gradas corresponden a la vida en la Tierra. Y por encima de esa clase, está la Superior, el Reino de los Cielos, donde se hallan los ángeles, en la cual ya se puede disfrutar una vida de felicidad.
Como se ve, la posición espiritual se refleja en el destino de la persona. Por eso, debemos tratar de elevar nuestro nivel espiritual; ya que ello significa la reducción de los sufrimientos y aumentar en forma proporcional nuestra plenitud. Entonces, no serán necesarios los procesos purificadores. Por esta razón, mientras que el espíritu se encuentre en la sección Inferior, todo despliegue de inteligencia o esfuerzo es vano. En resumen, ésta es la inviolable Ley de Dios: la precedencia del Espíritu sobre la Materia.
De todo lo que se ha esclarecido, se concluye que la felicidad se logra por la Fe y por la necesaria creencia en un Dios absoluto; además, hay que comprender Su voluntad y acumular acciones virtuosas, de modo que el nivel espiritual se eleve al Cielo. No hay otro medio. Y esto explica el profundo significado del Johrei.
Meishu Sama, 25 de marzo de 1952
GUÍA PARA LA CEREMONIA DE AGRADECIMIENTO DEL MES DE OCTUBRE DE 2022
¡Muy buenas tardes a todos muy bienvenidos! Feliz ceremonia de agradecimiento Queremos agradecer a todos por sus constantes dedicaciones en pro de la Obra de Meishu Sama. Muchas gracias a todos.
Recordemos que oír la voz de nuestros familiares, amigos y conocidos es oír la voz de nuestros antepasados o sea que los conflictos o los reclamos son manifestaciones de nuestros antepasados que están buscando la Luz.
Nuestra familia es una copia reducida de nuestros antepasados lograr que en nuestra familia reinen la paz, la armonía y la gratitud ayudara que nuestros antepasados reciban la Luz y se elevarán en el Reino Espiritual.
Siguiendo las palabras de Meishu sama donde el orienta: “El más grande objetivo de nuestra institución, un mundo libre de enfermedad, pobreza y conflicto, es en otras palabras, la transformación paradisíaca de todo el mundo. Para eso, es necesario convertir primeramente al individuo en un paraíso, seguido de la familia, sociedad y países y consecuentemente el mundo entero se transformará en un paraíso. (Nuestra Institución y el Movimiento de Transformación Paradisíaca, 20 de julio de 1949)
Para convertirnos en seres de la Era del Día, cada uno de nosotros debemos cambiar nuestros pensamientos y seguir entregando los residuos de la Noche para que podamos abrir la puerta de piedra de nuestros corazones donde están atrapados viejas costumbres que nos hacen sufrir.
Para eso fuimos convocados por Meishu-sama y con la ayuda de nuestros ancestros protectores, llegamos al Johrei gracias a las personas que nos guiaron. Llegamos aquí para aliviar los sufrimientos y no solo fuimos aliviados sino aprendimos cómo lograr a ser mejores y felices cuando auxiliamos a otras personas.
Estamos entrando en Octubre, mes que antecede a la Ceremonia Anual de los Antepasados y, por lo tanto, mes de preparación para tan importante evento. Pero ¿cómo debería ser esta preparación? Evidentemente, es muy importante el sentimiento de gratitud hacia nuestras raíces; pero no podemos olvidar que este es un momento de reconciliación y que este aspecto es tan importante como nuestra gratitud.
Meishu sama hoy en sus palabras dijo que debemos elevar nuestra posición espiritual pues ella refleja en el destino de cada uno de nosotros es urgente elevar nuestro nivel espiritual ya que ello significa la reducción de los sufrimientos asi aumentaremos en forma proporcional nuestra plenitud de Merecimiento.
Nosotros sabemos que somos la manifestación de nuestros antepasados y que si hay sentimientos tales como rabia, odio, rencor, envidia, etc., esos sentimientos guardados también se manifiestan en ellos; por este motivo, debemos encaminarlos, ya que nos generan sufrimientos a nosotros y también a ellos.
Es de vital importancia la práctica de entrega para que pueda haber un proceso de reconciliación, un “perdonarse mutuamente”, y para que podamos comprender y aceptar, con sinceridad, el por qué de los hechos pasados y confiar en que todo ocurrió por razones que, muchas veces, nosotros mismos provocamos, consciente o inconscientemente, en esta vida o en vidas pasadas. Debemos prepararnos realmente para la Ceremonia de Antepasados, para que ellos también puedan prepararse; por eso, antes del día 2 de noviembre, limpiemos nuestro corazón de todo resentimiento, angustias y tristezas para que, una vez purificados, podamos ofrecer toda nuestra alegría, nuestra felicidad y nuestra profunda gratitud a los que nos precedieron.
Y vamos a dedicar una vez por semana en el centro de Johrei, en nuestros hogares, limpiando, ordenando y embelleciendo para que podamos realizar las reuniones de Johrei en los Hogares de cada miembro.
Escuchemos una experiencia de Fe, que está relacionado al reconocimiento de los sufrimientos de los Antepasados, en un caso de depresión y cómo fue importante el seguimientos de los familiares, miembros y ministros, en este caso.
Comprobaciones de la práctica de Johrei
Hoy me gustaría contarles una transformación que ocurrió en mi vida.
En los últimos 12 años sufrí estados de mucha Ansiedad y depresión, no podía trabajar y vivía tomando muchos medicamentos y mi vida familiar era un desastre. Para poder dormir tenía que tomar hasta ocho remedios y al despertar sentía tanta indisposición que parecía no haber dormido nada. Sentía tristeza y angustia todo el día, sentía dolor en el alma por no tener voluntad de hacer nada.
Esa situación me convertía en una persona muy agresiva con todo el entorno de convivencia. No tenía ánimo para nada y sólo quería quedarme acostada. Por ese estado tuve que cambiar mis actividades de profesora, para atender las tareas administrativas porque el simple contacto con los niños me provocaba pánico.
Mi familia, que acompañaba de cerca mi sufrimiento, ellos sufrían también, al ver mis estado de llanto y tristezas. Venían personas de varios credos para curarme. Sin embargo nunca tuve resultados, perdí la esperanza y no conseguí creer más en nada. Mi hermana que ya había oído hablar del Johrei busco un centro y fue a conocer a la responsable del día, la recibió tan bien le explico a donde había llegado, y le presento a la Ministra, que le transmitió Johrei por 40 minutos.
Mi hermana siguió con el recibimiento de johrei, durante 30 días seguidos, se sintió muy feliz por la mejoría, pero sin embargo yo me resistía, porque pensaba que nadie me podría sacar del problema.
Fui a una consulta y la medica como siempre lo hacía, me decía lo mismo, porque los medicamentos ya no me hacían efecto, la Doctora me decía que yo tenía que tener mucha paciencia hasta que el efecto de los medicamentos pudiera ayudarme. Tomaba dosis muy fuertes de ansiolíticos, ese día me quedé sin rumbo, perdida totalmente, sin voluntad de nada Ahí me acordé de la sugerencia de mi hermana de recibir Johrei, la llame y ella me arrastro hasta la Casa de Meishu Sama.
Al llegar al centro de Johrei no podía dejar de llorar. Me llamaron la atención dos personas, porque sentí que me estaban esperando y una de ellas abrió una linda sonrisa en su rostro con su actitud gentil y calurosa. Me sentí muy contenida. Cuando recibí el primer Johrei estaba muy triste y sentía una cierta incredulidad. La ministra me atendió, me escuchó atentamente y me orientó a que recibiera Johrei todos los días durante 90 días. Yo comencé a frecuentar obedientemente todos los días e iba inicialmente más de una vez por día. Interiormente buscaba esta fuerza pero no creía que una Mano levantada y un japonés llamado Meishu sama me salvarían. Mi hermana y mis familiares me ayudaban para que sea constante aunque siempre surgían muchos inconvenientes para llegar.
En el quinto día, recibí Johrei y conversé con la ministra quien me preguntó si alguien de mi familia habría sufrido algún problema de depresión parecida a la mía.
Entonces me vino a mi memoria una tía que se quitó su propia vida y un hermano que falleciera con un problema psiquiátrico. Ella me invitó al altar y hacer la práctica de la entrega con el Zenguen Sandji, con una Ofrenda de Gratitud para la elevación y desapego y juntas encaminamos los sufrimientos de esos antepasados a Dios y Meishu Sama.
Esa noche tuve un sueño tranquila, dormí muy bien y fue una gran sorpresa que al día siguiente desperté muy animada y hasta conseguí preparar el almuerzo para mis hijos. Eso llamó la atención de ellos y quedaron sorprendidos, pues hacía mucho tiempo no me habían visto así tan bien. Luego después me preparé y fui al Johrei como venía haciendo. Al llegar, las personas no me reconocieron porque yo estaba tan bien, arreglada y feliz.
En seis meses de práctica intensiva de Johrei junto a las dedicaciones y el acompañamiento de mi hermana, ministros y miembros, conseguí finalmente liberarme de la depresión que sufrí por años.
Con tanta alegría y agradecimiento comencé a participar de las clases de iniciación para recibir el Ohikari con el deseo de encaminar a otras personas y hacer algo diferente para la vida de los demás como hicieron conmigo.
Luego enseguida, el día 2 de noviembre pude participar de la Ceremonia Anual de Antepasados por primera vez y quedé muy feliz principalmente por escuchar la orientación sobre la importancia de la simpatía para conducir a las personas a ese camino de felicidad. En ese instante me acordé de la forma cariñosa y simpática con la que me habían recibido y atendido los miembros del centro de Johrei.
Aquellas actitudes hicieron la diferencia con otros lugares, al recibir personas que están sufriendo con depresión y sin esperanzas, como yo me encontraba entonces.
Ustedes no tienen idea de cómo me siento feliz después de reconocer la existencia de Mundo Espiritual y poder recordarlos con mucha gratitud. Me da alegría de estar con Dios y Meishu sama, es tan real y transparente esa vivencia. Todos perciben mi cambio. Los compañeros de trabajo, mi familia y mis amigos están impresionados por mi cambio.
Con la práctica de las dedicaciones y estudio de las Enseñanzas conseguí encaminar sin dificultad varias personas al Johrei, mis hijos, mi suegra, mi cuñada, dos sobrinos, la tía de mi marido, cuatro vecinos y también a mi ex-cuñada, todos lograron llegar para recibir Johrei.
Tuve el permiso de ser pionera de la salvación de 15 personas. Ustedes no podrán imaginar cuán grande es la emoción que siento hoy de poder ser Útil a Dios y Meishu Sama.
Quiero agradecer a Dios y a Meishu-sama, a los antepasados que me condujeron al Johrei y, principalmente a mi querida hermana quien no me abandonó nunca en los momentos difíciles. Ella fue la número uno, la pionera de mi felicidad y de mis Antepasados. Feliz preparación por la Ceremonia Anual de los Antepasados.
¡Muchas gracias!
Sigamos practicando y creyendo, junto a la práctica de Johrei, la gratitud y el encaminamiento de “personas, tal como Meishu sama dijo hoy”. De todo lo que se ha esclarecido, se concluye que la felicidad se logra por la Fe y por la necesaria creencia en un Dios absoluto; además, hay que comprender Su voluntad y acumular acciones virtuosas, de modo que el nivel espiritual se eleve al Cielo. No hay otro medio. Y esto explica el profundo significado del Johrei.
Los espero el día sábado 15 para el Taller de Ikebana del día de la madre. Inscríbanse y para el sábado 22 de octubre; el OBON de preparación Anual de Antepasados del día 2 de Noviembre. ¡Muchas gracias por la presencia de todos!
Ministro Marcelo Rodrigues de Faria