Salmo de Meishu Sama
Taiyoo no Kokuten
Taiyoo no
kokuten koso wa Su no Kami no
tootoki mitama to shireyo yo no hito.
Taiyoo no
kokuten koso wa tootoku mo
su no chuushin no pochi nizo arikeru.
Daiuchuu no
tamashii koso wa taiyoo no
kokuten naru wo yobito ni oshiyuru.
Mancha Solar
¡Sepan todos ustedes
que la mancha negra del Sol es, en verdad,
la inexpresable alma de Dios Supremo!
La actividad solar,
manifestada en una señal pura,
es el espíritu, el esplendoroso Centro Divino.
Quiero enseñar
a los hombres que la gran verdad
está en el Sol, el alma del Gran Universo.
Enseñanzas de Meishu Sama
El estado de Kenshinjitsu
Cuando yo contaba con algo más de cuarenta años, recibí de Dios una misión muy importante y, a la vez, me elevé hasta llegar al estado de Kenshinjitsu, estado de Iluminación. Por supuesto, en ese estado uno contempla todo, uno puede percatarse de cuán numerosos son los errores cometidos por la cultura actual y, por lo tanto, debe exponer claramente toda la verdad, ilustrándola ampliamente a la humanidad, pues ese es el fundamento de la salvación. En ese sentido, mis palabras y actos son muy distintos a los antes vistos y en todo sentido rompen los esquemas establecidos. Como pueden ver, por más profunda y sutil que sea la Verdad, puedo exponerla en forma clara y sencilla. Explico las cosas de manera que cualquiera pueda comprender, sea o no un erudito.
“Expongo la Verdad”, 15 de abril de 1950.
¿Con qué motivo nació en este mundo una persona como yo? La primera mitad de mi vida fue común y corriente. Sin embargo, al convertirme en religioso, todo cambió por completo. Algo incomprensible e invisible, en forma de esfera, fue enviado hacia mí e inmediatamente se asentó en el centro de mi abdomen. Ello sucedió hace unos 25 años atrás. Sin embargo, misteriosamente pareciera que esta esfera posee hilos, los cuales son tensados y aflojados libremente por alguien, y al mismo tiempo me fue quitada mi propia libertad. Cuando intentaba hacer algo por mi cuenta, alguien, tirando del hilo, me lo impedía. En ocasiones, ese hilo me enviaba hacia otra dirección que ni siquiera me había imaginado y era llevado hacia allí. Es en verdad algo misterioso, como si yo fuera un muñeco movido por un titiritero.
Pero no es solo eso. Desde entonces, empecé a comprender varias cosas que antes no entendía. Al principio no era mucho, pero a medida que pasaba el tiempo, poco a poco fue haciéndose más evidente. Una vez escuché que el conocimiento aprendido se llama “conocimiento humano”, y el no aprendido se denomina “conocimiento divino”. Comprendí que el mío se trataba sin duda del conocimiento divino. Cuando me encontraba con algún obstáculo, comprendía al instante la razón y el resultado final, sin precisar siquiera tiempo para pensar. Pero lo extraño es que ello no se limita solo a lo realmente necesario. Cuando recibo variadas preguntas por parte de los miembros, las respuestas surgen en mi boca de inmediato. Lo interesante es que en esos momentos, yo aprendo de mis propias palabras. Especialmente en asuntos de vital importancia, como la salud humana, comprendo todo en forma profunda y global. Entenderán lo que digo si leen mis ensayos sobre medicina. Pero todavía hay más. Cuando considero los diversos aspectos de la civilización actual, veo que la medicina actual y otras ciencias no son más que un cuento para niños. Incluso la política, la economía y la educación, parecen como travesuras realizadas por un muchacho de escuela primaria. El único ámbito en el que encuentro algo de valor es en el arte. Al decir esto, tal vez me consideren un vanidoso, pero como Dios habita en mí y no puedo mentir, desearía que el lector entienda que digo la verdad.
“La Era de la Civilización Religiosa (I)”, 8 de agosto de 1951.
GUÍA DE LA CEREMONIA OBON – DICIEMBRE 2021
¡Feliz Homenaje por la Elevación de las Almas de los Antepasados de todos los participantes reunidos hoy! En este día, elevamos nuestro Sōnen de alegría y gratitud hacia todos los antepasados ligados a nosotros. ¡Sean todos muy bienvenidos!
El nombre Meishu Sama, en japonés, está formado por los ideogramas Mei, Sol y Luna, y Shu, Señor; puede traducirse, pues, como “Señor de la Luz”. Sabemos que Meishu Sama nació el 23 de diciembre de 1882, en la ciudad de Tokio, capital de Japón, en un barrio denominado Hashiba. “Tanto la fecha como el lugar de su nacimiento están, desde el punto de vista espiritual, estrictamente relacionados con la misión que debería desempeñar durante su vida terrena, como propagador de la Luz de Oriente, a través de la divulgación de las Sagradas Enseñanzas que le fueron reveladas por Dios para la construcción de un mundo libre de sufrimientos” (Enseñanzas de Meishu Sama – El arte del Johrei, pág. 4).
Estamos a seis días de la celebración del 139º Advenimiento de Meishu Sama, El Señor de la Luz. Un advenimiento implica la llegada, la venida o el arribo de alguien o algo a un lugar; es un acontecimiento de gran júbilo. En el aniversario del nacimiento de Meishu Sama, la Luz Solar se manifiesta con mayor fuerza en nuestras vidas, tal como entonamos hoy en el salmo: “Quiero enseñar/ a los hombres que la gran verdad/ está en el Sol, el alma del Gran Universo”.
El nacimiento de la Luz Solar en el extremo oriente del Mundo está relacionado con las profecías bíblicas. En Juan 14: 26, leemos: “Pero el Consolador (Intercesor), el Espíritu Santo que el Padre enviará en Mi nombre, les enseñará todas las cosas y les recordará lo que les he dicho”.
Meishu Sama expresó en la Enseñanza “Luz del Oriente”, del 7 de mayo de 1952: “Existe una esfera de Luz de mi vientre, que es el alma del Dios de mayor Jerarquía Divina, es el espíritu Divino. Siento un verdadero estado de unidad entre Dios y el hombre. Gracias a este Espíritu Divino, hasta mis discípulos puede manifestar milagros como los de Jesucristo y esto responde al Gran Plan de Dios. Este poder tiene la fuerza para eliminar las enfermedades, la pobreza y los conflictos de la vida humana”.
Hoy estamos viviendo un gran acontecimiento: unidos a nuestros antepasados, debemos agradecer, arrepentirnos y renacer a una nueva vida, ya que hace 2000 años, con nuestras propias manos crucificamos a Jesús de Nazaret, el Mesías Redentor de los pecados de la humanidad. En realidad, no fueron los soldados romanos ni los líderes judíos los que Lo crucificaron. La causa de que Jesús fuera conducido a esa tortura y a esa muerte humillante fueron nuestros pecados; por eso, debemos entregar al Supremo Dios, Miroku Oomikami, nuestro pasado, la Era de Oscuridad que muchas veces se manifiesta dentro de nuestro interior a través de distintos sufrimientos, mentales y físicos.
El relato de la crucifixión nos cuenta que en el momento en que Jesús estaba en la cruz, uno de los criminales colgados junto a Él se burló, diciendo: “¿Así que eres el Mesías? ¡Demuéstralo, salvándote a ti mismo y a nosotros también!”. Realmente estábamos en la Era de la Noche, colmados de pecados y máculas; por esto, es importante que continuemos con la práctica de entrega de los residuos que aún viven en nuestro espíritu.
Pasaran 2000 años y tal como consta en el pasaje de Juan que escuchamos, sabemos que el Espíritu Santo nació en Japón en un ser humano llamado Mokichi Okada. No cometamos el mismo pecado de negar ese nacimiento, el nacimiento del Mesías que perdona, purifica y salva el pecado de la humanidad. Podemos concluir que Jesús y Meishu Sama están unidos por la Voluntad de Jehová; la diferencia es que Jesús fue el Redentor en la Era de la Noche, y Meishu Sama, el Consolador y Constructor del Reino del Cielo en la Tierra, el que perdona, purifica y salva, pues nació bajo el comando de la Luz Solar en esta nueva Era del Día.
Agradezcamos por estar ligados a Meishu Sama y sigamos Sus huellas a través del Sōnen “EL TRABAJO DE EXPANSIÓN ES EL CAMINO PARA NUESTRA EVOLUCIÓN”. Tal como dijo Meishu Sama el 15 de noviembre de 1952 en el ensayo “Yo soy el origen”: “Hasta ahora, al pedir protección, se pedía a Kōmyō Nyorai, a Kannon y a Meishu Sama. Ahora es suficiente con pedir a Meishu Sama. Es decir, como yo realizo el Trabajo Divino, yo soy el origen; con invocar mi nombre será suficiente. Hasta ahora no había hablado sobre el tema, pero como soy yo quien escribe los caracteres, por este motivo mi fotografía es lo más importante”. El 4 de febrero de 1950 Meishu Sama manifestó que Su Nombre Divino cambiaría a Meishu, que equivale a Mesías.
A partir del 23 de diciembre de 2021, día en que conmemoraremos el 139º Natalicio de Meishu Sama, entonaremos Meishu no Oomikami luego de Miroku Oomikami, y Meshiya Kannon cuando estemos delante de su estatua dentro del templo o en los hogares donde esté entronizada Hinode Kannon, tanto en las ceremonias diarias como mensuales.
Para muchas personas, Meishu Sama es un filósofo, un maestro, el fundador de una religión, etc., pero para las personas que fueron salvadas por el Johrei y sus Enseñanzas, Él es su Salvador. ¿Para nosotros, quién es Meishu Sama? Hagamos esta reflexión y con un sentimiento colmado de Gratitud, hagamos en este Natalicio un voto de renovación, conscientes de que la fuerza del Mesías está dentro de cada uno de nosotros. Por ello, en la medida de nuestras posibilidades, hagamos un regalo como materialización de nuestro sentimiento de gratitud, una ofrenda para la construcción de la Obra de Meishu Sama en Hispanoamérica.
Nos veremos, Dios mediante, el día jueves 23 a las 11 y a las 19 horas, para celebrar el 139º Natalicio de Meishu no Oomikami.
¡Muchas gracias por la presencia de todos!
Ministro Marcelo Rodrigues de Faria
Director de Kannon Kyōkai Hispanoamérica